domingo, 1 de mayo de 2016

Macedonio Fernández: Imaginario brindis a Alejandro Sirio


 
IMAGINARIO BRINDIS A ALEJANDRO SIRIO


Aunque lo pronuncio con S -ya que no he nacido ceceoso a la española y como algunos campesinos de Buenos Aires- lo admiro a Alejandro Cirio, pues vi desde temprano que era una de las personas con quien la comparación de favorecimientos personales me era más venta­josa: era más bajito que yo, menos existente, más grueso, no entendía como yo de música, en metafísica no había para qué esperarlo en ninguna esquina y además no había conseguido lo que yo sí, lo que pocos tenorios seductores han conseguido: que ninguna mujer se meta con uno.

Estas superioridades duran, pues no creo que vuelva de París más alto, más delgado, más exento de ser, más músico, más metafísico, más ininterrumpido por mujeres que yo.

Por eso no he faltado a este desayuno y concurriré al banquete que se anuncia, el banquete de comer que me dicen va a estrenarse por fin. Además, tengo afán de presentar en dicho banquete los dos menús que he combinado y que faltaban: el de la comidita de prudencia que nos dan previamente en casa si esa noche hemos de asistir a un banquete y el de la comilona para dos con que debe reconfortarse a ambos contenedores de un duelo a muerte, que después de una emoción tan grande necesitan restaurarse más que nunca: el anormal apetito de los sobrevivientes es muy conocido y ha sido celebrado y detallado en todas las novelas de aventuras, tan novelescas.

Brindo corto con brindis de desayuno y reservo el de comer para su largo ocurrir anunciado, y me declaro su igual en Dibujo, pues si bien él es pleno dueño en el exquisito arte yo soy por entero dueño de mí mismo ante la más suprema obra del genio plástico: con telas y dibujos no entiendo ni siento y también en este renglón se mantiene la comparación con él, ya aludida, y continúa mi admiración personal de él.

He dicho.





Sirio agradeció y observó: "que era profundamente certero y admira­tivo este brindis en que M. F. me alaba por serle yo inferior en todo y hace un esfuerzo meritorio por pronunciar bien, y lo logró, el apellido mío que conoce mal. Agradezco a este banquete la oportunidad que me hace sabedor de contar con tan cálido y prolijo amigo".





Si hubo burla en esta incisiva contestación a mi brindis tan cordial, yo todavía lo ignoro. Y no deteniéndome a hacer el "quisquilloso", aludo al querido Alejandro Sirio[1], el insuperable señor del Dibujo que compone sus estampas con las líneas mismas de la divina Lluvia.





(Supe del banquete al artista tan estimado hallándome lejos y quise brindar con él en tan justo homenaje. No pudo ser; y hoy por fin cumplo en expresarle no un juicio sin competencia sino la simpatía que me inspiró, como a tantos su hidalgo trato.)

MACEDONIO FERNÁNDEZ - Papeles de Recienvenido. 




[1] Seudónimo del dibujante español Nicanor Alvarez Díez (1980-1953), radicado en Buenos Aires.
http://delamirandola.com/presentacion